Recuerdos no tengo muchos, el unirme a Akatsuki dejó solo memorias escasas en mi mente de este pueblo, pero siempre de alguna manera termino por estos lados y como es de costumbre, en su taberna. Entro a la taberna, se encuentra totalmente vacía, sin clientes ni ebrios. Me siento en un banco ni tan aislado de la barra y ni tan cerca de la puerta y pido un trago.
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Cuando la espera ya me estaba pareciendo extraña voy al cuarto detrás de la barra para encontrarme con el cantinero que no servía mi trago y me había hecho esperar pero al contrario me encuentro con su cadáver. Estaba boca abajo cerca de un escritorio con sangre seca alrededor de su cuerpo sin vida y, afortunadamente para mis intenciones de beber, sin olor a putrefacción. Concluí que llevaba menos de una semana muerto y pensé: -Mmmmm bueno, que más da... una lástima servir mi propio trago. Sin darle importancia voy detrás de la barra, abro una botella y vierto el licor luego de haber limpiado el vaso. Tomo asiento comodamente mientras disfruto mi trago...